martes, 9 de diciembre de 2008

LA AVENTURA DE SER DOCENTE


ENTRE LA DOCENCIA Y MI PROFESIÓN
LA AVENTURA DE SER DOCENTE

Una vez analizados el documento principal “La Aventura de ser maestro”, y complementariamente los documentos adjuntos, como la Carta de Freyre, y comparar éstos con mi texto original, tengo la necesidad de decir los siguiente, en lo personal yo trato de estar del lado de vivir cada clase con nuevas y mejores perspectiva para evitar el aburrimiento del que habla José M. Esteve, es necesario recordar diariamente el aspecto de la vocación de la enseñanza, para que tu yo interno surja con el mejor, como el inalcanzable, el capaz de obtener lo que se espera que es el bienestar del alumnado. Claro todos hemos pasado por la teoría de ensayo-error, pero el cada día nos ha mejorado de una manera u otra, los errores nos han servido, son como la base para nuestro actuar, el mejorarlos o evitarlos. Nuestro sistema educativo es muy benevolente, como la libertad de cátedra, y como en el caso de Esteve, esta libertad nos lleva a sentirnos mejor y mejores. Como dice Freyre el maestro enseña, pero también aprende de los alumnos, de las circunstancias, etc., estamos en un aprendizaje continuo. El compromiso por mejorar y mejorarlos lo he tenido desde el inicio de mi labor docente, el propiciar que los valores que ya traen aprendidos los desplieguen y mejoren en nuestro nivel educativo. Me siento identificado con Esteve porque cada día le trato de encontrar sentido a cada clase, el por qué y para qué enseñamos, todo es en beneficio de los demás, nosotros también nos llevamos algo que es el reconocimiento de la sociedad y de los mismos alumnos cuando al final de tu explicación ves la cara de asentimiento y no de dudad, de agradecimiento que a veces algunos te lo expresan, y así valoras positivamente tu labor docente.
Que ha costado trabajo lograr mi identidad profesional, sí que ha costado, todos hemos pasado por dificultades, pero lo principal es el lograr la motivación del alumno. Claro que al principio fuimos víctimas de la novatada, pero aún esto nos dejo experiencia. Ya pasó la época de imitar a nuestros mejores maestros, ahora recuperamos nuestra identidad, esa identidad de profesor de educación media superior, aquél que acepta sus errores para mejorar, y esa mejora es constante.
En cuanto al problema de ser interlocutor, la experiencia que hemos reunido no ha dado esa facilidad para comunicarnos e interactuar con nuestros alumnos, algunos de nosotros somos capaces de que mediante una sola mirad los alumnos nos entiendan o nosotros entendamos sus actitudes, es muy interesante darse cuenta de las habilidades que has adquirido a través del tiempo, y la mejoría que éstas propician en tu labor de enseñanza. Estoy de acuerdo con Esteve en cuanto a que el profesor debe ser capaz de organizar su clase, mediante el razonamiento y el diálogo, hay que tener nuestra mente abierta para el diálogo con los alumnos, propiciarlo con tu actitud ante ellos, no ser autoritario, el tono de voz debe ser el adecuado para ellos no se avasallen, el maestro no siempre tiene la razón, hay que darles su lugar, pero tampoco es necesario sobajarte, hay que buscar el equilibrio. No ser soberbio, ser humilde. El ser profesor es un gran orgullo para mí, ahora lo grito a los cuatro vientos, nada más nos falta el reconocimiento de parte de la sociedad. Creo que estoy aquí porque tenía que estar, para ayudar a los adolescentes en la obtención de sus metas, no hay que ponerles piedras, hay que facilitar su evolución. La carrera que estudié, ahora pienso, fue la base para algo más, tener una segunda profesión, la de maestro, y día a día, hay que estar orgulloso de ello.

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